“Hace 25 años pasan cosas lindas”, se leía en la pantalla central del segundo piso del emblemático edificio de la esquina de 25 de mayo y San Juan. McDonald’s celebró un cuarto de siglo en una noche llena de sonrisas y deseos cumplidos y otros aún por realizarse.
Con velitas iluminadas en algunas mesas y una torta teñida en sus tradicionales colores rojo y amarillo, también se proyectaron imágenes que reconstruían las memorias que dejó esta historia que arrancó el 26 de agosto de 1999, con la calle cortada y miles de tucumanos descubriendo un nuevo sabor.
Mercedes Paz, ex tenista y dueña de la franquicia en nuestra provincia, fue quien con mucha emoción encabezó el brindis y reflexionó en este aniversario marcado de nostalgia.
Primer empleo
“Recuerdo que el día de la inauguración cortamos la calle y nos acompañó un montón. Fue un día mágico”, rememoró la empresaria acompañada por Julia, su hermana socia y mano derecha.
En ese momento casi nadie conocía lo que era la marca e incluso recordó que los primeros clientes entraban y se sentaban, al desconocer que era autoservicio. “Para mí marcó un antes y un después en la provincia”, consideró.
Y en ese cambio radical no dejó de nombras a todos los jóvenes que tuvieron su primer empleo en esta cadena, a lo largo de estos 25 años.
“Hoy hay 260 familias que trabajan con nosotros pero hace poco llamé a la contadora del estudio que trabaja con nosotros hace 20 años y le pregunté cuántos chicos pasaron por acá. Me dijeron que fueron 2142 jóvenes”, reveló y remarcó: “eso me llena de orgullo”.
McDonald’s cumple 25 años en Tucumán y hay una historia para contar: “Además de vender hamburguesas somos como una gran familia”“Nuestro sueño era cambiar Tucumán a través de esta esquina y con todos los hábitos que genera McDonald’s, en cuanto a la cultura del trabajo. Lograrlo es algo muy lindo”, sentenció Mercedes.
Hoy ese primer local no tan solo se modernizó, sino que sumó aliados ya que se abrieron otros tres locales en la ciudad capital, uno de ellos con Automac, y uno más en Yerba Buena.
Apostar a su tierra
La ex tenista que supo representar a la tierra de la caña de azúcar y el limón alrededor de todo el mundo con su raqueta, también remarcó muchas veces su amor por la provincia que la vio nacer y afirmó que nunca dudó en apostar a ella.
“Soy tucumana de alma, nací en la Banda del Río Salí. Soy la novena de 11 hermanos y todas las cosas lindas siempre quiero traerlas a Tucumán”, indicó.
Fue justamente ese empuje y el cariño a sus raíces, lo que más destacaron la intendenta Rossana Chahla y el vicegobernador Miguel Acevedo, los representantes gubernamentales que quisieron festejar todos los años cumplidos de la franquicia.
“Aún me acuerdo cuando se abrió este local y hoy también pienso cuántas veces traje a mi hijo”, comenzó la jefa municipal su intervención.
“Mercedes hizo un gran trabajo para que esta marca internacional llegue a una ciudad tan pequeña, en el norte argentino y hay que resaltar a los empresarios que visualizan y apuestan, porque hay que tener valentía y coraje”, destacó Chahla.
“Por eso hay que felicitar a esa gran familia de McDonald’s, que enseñan, capacitan y transmiten la pasión, el trabajo, la dedicación y el esfuerzo”, cerró la intendenta.
Cómo McDonald's aprendió a superar a sus detractores y se fortalecióA su turno, Acevedo antes del brindis, comentó: “debe haber sido todo un desafío en la tierra del sándwich de milanesa traer una hamburguesa, por eso admiro que haya decidido quedarse y dar trabajo acá”.
“En este negocio se optó por Tucumán, se lo prior izó, y por eso, hay que decir muchas gracias porque la apuesta fue fantástica y maravillosa”, culminó.
Chin chin
Los festejos habían iniciado temprano cuando al mediodía se entregaron 100 Big Mac gratis a quienes presentaron un tarjetón repartido días atrás.
Así, a las 21:02 se alzaron las copas de champan que se dieron después de nuggets con aderezos, delicias dulces y gaseosas, a todos los seres queridos de Paz que estuvieron presentes y contribuyeron a que se celebre estas bodas de plata.
Hubo una explosión de aplausos y sonrisas ya que en cada sorbo se renovó la ilusión, el deseo y las ganas de trabajar por otras décadas de éxito más con una cajita feliz en mano.